DEVOCION DEL MES.


MES DEL INMACULADO CORAZON DE MARIA.

Acto de Desagravio.

¡Oh Inmaculado Corazón de María, traspasado de dolor por las injurias con que los pecadores ultrajan vuestro Santísimo nombre y vuestras excelsas prerrogativas!, aquí tenéis, postrado a vuestros pies, un indigno hijo vuestro que, agobiado por el peso de sus propias culpas, viene arrepentido y lloroso, y con ánimo de resarcir las injurias que, a modo de penetrantes flechas, dirigen contra Vos hombres insolentes y malvados. Deseo reparar, con este acto de amor y rendimiento que hago delante de vuestro amantísimo Corazón, todas las blasfemias que se lanzan contra vuestro augusto Nombre, todos los agravios que se infieren a vuestras excelsas prerrogativas y todas las ingratitudes con que los hombres corresponden a vuestro maternal amor e inagotable misericordia.
Aceptad, ¡oh Corazón Inmaculado!, esta pequeña demostración de mi filial cariño y justo reconocimiento, junto con el firme propósito que hago de seros fiel en adelante, de salir por vuestra honra cuando la vea ultrajada y de propagar vuestro culto y vuestras glorias. Concededme, ¡oh Corazón amabilísimo!, que viva y crezca incesantemente en vuestro santo amor, hasta verlo consumado en la gloria. Amén.

MEDITACION PARA EL DIA 31.

A mí se me aparece el purísimo Cuerpo de la Madre de Dios, como un templo sagrado, el templo más augusto que existir haya podido, después del templo de la santa Humanidad de Jesús. Para mí su Corazón virginal es el altar santo de este templo. El amor divino, el gran sacerdote que ofrece a Dios sacrificios agradabilísimos a su divina Majestad. La Voluntad divina le procura las víctimas innúmeras que en este altar han de ser sacrificadas; entre las cuales paréceme distinguir las once pasiones, sacrificadas por la espada flamígera que este gran sacerdote sostiene en su mano, es decir, por la virtud del amor divino; allí, en el celeste fuego que arde sobre este altar, son consumidas y transformadas, siendo así a la par inmoladas a la Santísima Trinidad en sacrificio de alabanzas, de gloria y de amor.
Allí se consume y transforma el amor humano en amor divino, cuyo único objeto es sólo Dios.
Allí es destruido y transformado el humano y natural odio hacia cualquier creatura, en un odio sobrenatural y divino orientado contra el pecado y cuanto al pecado respecta.
Allí es aniquilado todo deseo, y convertido en un simple y purísimo deseo de cumplir en todo y por encima de todo la Voluntad divina.
En este altar se aniquila toda aversión a cosas que el amor propio, la sensualidad, el orgullo del hombre rechazan, como la mortificación, la privación de comodidades de la vida, el desprecio y la abyección, quedando transformada en una diligente huida de las ocasiones de ofender a Dios, junto con los honores, las alabanzas, las satisfacciones sensuales, y cuanto puede satisfacer a la ambición, al amor propio y a la propia voluntad.
En él queda muerta toda vana alegría por las cosas caducas y perecederas de este mundo, y por los éxitos que tanto colman la inclinación del hombre, viéndose transformada en una alegría santa por todo cuanto es conforme al beneplácito divino.
En él son reprimidas las tristezas nacidas de cosas contrarias a la naturaleza y a los sentidos, trocándose en una saludable tristeza que se origina tan sólo de cuanto es ofensa a Dios.
En él se extinguen toda esperanza y pretensión de riquezas, placeres y honores de la tierra, y toda confianza en sí mismo o en cualquier otra cosa criada, y se trueca en la esperanza única de bienes eternos y en la sola confianza en la bondad divina.
En este altar se aniquila totalmente toda desconfianza del poder divino, de su bondad, de la verdad de las palabras y fidelidad a sus promesas, viéndose trocada en una gran desconfianza de sí mismo y de cuanto no sea Dios, que hace que la Virgen fidelísima jamás se apoye en sí misma ni en cosa alguna creada, sino en el sólo poder y misericordia de Dios. Pues tiene bien conocidas aquellas palabras: «Desgraciados los que se abandonan a la dejadez y descorazonamiento, en vez de confiar en Dios, pues se hacen indignos de su amparo”

Se piden las gracias que se desean alcanzar durante este mes.

3 Ave Maria en honor del Poder, Sabiduria y Caridad con que fue dotado el Inmaculado Corazon por la Santisima Trinidad.

Oh Corazón Inmaculado y Doloroso de María, compadeceos de los incrédulos; despertad a los indiferentes; dad la mano a los desesperados; convertid a los blasfemos y profanadores de los días del Señor.

Oh Corazón Inmaculado y Doloroso de María, aumentad la fe de los pueblos; fomentad la piedad; sostened las familias verdaderamente católicas; apagad los odios y venganzas en que se abrasa el mundo.

Oh Corazón Inmaculado y Doloroso de María, convertid a los mundanos, purificad a los deshonestos, volved al buen camino a tantas víctimas del vicio y del error.

Oh Corazón Inmaculado y Doloroso de María, convertid a todos los pecadores de la Iglesia; dirigid a patronos y obreros; iluminad con luz celestial a los malos gobernantes para que vengan a la luz de Cristo; convertid y santificad a los malos católicos.

Oh Corazón Inmaculado y Doloroso de María, suscitad muchos y santos Sacerdotes y Misioneros que trabajen en la conversión de los pecadores y en la salvación de las almas de todo el mundo, y dadnos a todos la perseverancia final en el santo amor y temor de Dios. Así sea.

ORACION FINAL.

Oremos: 
Señor Jesucristo, que te preparaste un digno Sagrario en el Inmaculado Corazón de María: 
te suplicamos que formes nuestros corazones con tal puridad y amor, para que según el Corazón de María merezcamos encontrarte. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
  
V. Inmaculado y Doloroso Corazón de María.
R. Sé la salvacion del alma mia

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