MARTIROLOGIO ROMANO.
MARTIROLOGIO ROMANO 1° DE DICIEMBRE. SAN ELOY. OBISPO Y CONFESOR.
n. 590 en Limoges, Francia;
† 1 de Diciembre de 659 en Noyon, Francia
"Haga cada uno lo que les es propio,
trabaje con sus manos como lo hemos ordenado"(1 Tesalonicenses 4, 11).
ELOGIO:
+ El Santo Profeta Nahum, que está sepultado en Begabar.
+ En Roma, los Santos Mártires Diodoro, Presbítero, y Mariano, Diácono, con otros muchos; los cuales, en tiempo del Emperador Numeriano, mientras celebraban en las Catacumbas el Triunfo de los Mártires, allí mismo, obstruida por los perseguidores la puerta de la cripta, y amontonados sobre ella escombros, merecieron la Gloria del Martirio.
+ En Roma también, el suplicio de los Santos Lucio, Rogato, Casiano y Cándida.
+ En Narni, San Próculo, Obispo y Mártir, que, después de muchas obras egregias, fue mandado degollar por Totila, Rey de los Godos.
+ En la Ciudad de Casal, San Evasio, Obispo y Mártir.
+ El mismo día, San Ansano, Mártir, que Imperando Diocleciano, confesó a Cristo en Roma, por lo cual fue encerrado en un calabozo; después fue conducido a Sena de Toscana, y allí, decapitado, terminó el curso del Martirio.
+ En Ameria de Umbría, San Olimpíades, varón Consular, que fue convertido a la Fe por Santa Fermina, y en tiempo de Diocleciano, atormentado en el ecúleo, consumó el Martirio.
+ En Arbel de Persia, San Ananías, Mártir.
+ En Milán, San Castriciano, Obispo, que, en tiempos muy turbulentos para la Iglesia, se señaló por los méritos de sus virtudes y por sus excelentes obras de Piedad y Religión.
+ En Brescia, San Ursicino, Obispo.
+ En Noyon de Bélgica, San Eloy, Obispo, cuya admirable vida recomiendan sus muchos milagros.
+ En Verdún de Francia, San Agerico, Obispo.
+ El mismo día, Santa Natalia, mujer del Mártir sayn Adrián; la cual, en la persecución de Diocleciano, sirvió mucho tiempo a los santos Mártires encarcelados en Nicomedia, y, cuando éstos terminaron el combate, se fue a Constantinopla, y allí descansó en paz.
Y en otras partes, otros muchos Santos Mártires y Confesores, y Santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
SAN ELOY
Obispo y Confesor
San Eloy, nacido cerca de Limoges hacia el año 590 fue, primeramente, orfebre. Hizo dos tronos para Clotario II con el oro destinado para uno solo y esta probidad le valió el puesto de platero del rey. Nombrado obispo de Noyon, en el año 640, nunca iba a la corte de Dagoberto sin haber orado, y un cortejo de pobres lo seguía. Sus austeridades, sus lágrimas, sus milagros y sus predicaciones sobre los cuatro fines del hombre convirtieron a una muchedumbre de idólatras. Murió en el año 659.
MEDITACIÓN
SOBRE EL TRABAJO
I. El hombre ha nacido para trabajar. Mandó Dios a Adán que cultivase la tierra, y nadie, sea cual fuese su posición, escapa a la ley del trabajo. Imita a Jesucristo que trabajaba con San José en el taller de Nazaret; es el medio para hacerte agradable a Dios, útil a los demás y a ti mismo. Quien trabaja, decían los Padres del desierto, no tiene para combatir sino al demonio de la ociosidad; el que está ocioso, es tentado por todos los otros demonios, porque la ociosidad es la madre de todos los vicios.
II. Trabaja como hacia San Eloy, ofreciendo a Dios tu trabajo al comienzo del día y de cada una de tus acciones. De tiempo en tiempo renueva esta intención; si hay algo que sufrir, ofrécelo a Jesús crucificado. Terminada tu tarea, examínate y pide perdón a Dios por las faltas que hayas cometido: he aquí el medio para santificar tu trabajo y acumular méritos para la eternidad. Hazlo así en todas tus ocupaciones, tanto corporales como espirituales, sean las que fueren.
III. No emprendas demasiadas cosas; el exceso de trabajo es tan contrario a la salud como la ociosidad. En efecto, traba tu espíritu con infinidad de afanes que ahogan la devoción y te privan de todo tiempo para pensar en Dios. Recuerda siempre que una sola cosa es necesaria: trabajar en tu salvación. ¿Cómo lo haces tú? Buscas las riquezas, y aunque mucho te hayas afanado, tal vez no las encontrarás; pero a Dios, lo encontrarás siempre que quieras (San Agustín).
Pidamos como fruto de este día: El recogimiento
Orad por los trabajadores.
ORACIÓN
Haced, oh Dios Omnipotente, que la Augusta Solemnidad del Bienaventurado Eloy, vuestro Confesor Pontífice, aumente en nosotros el espíritu de piedad y el deseo de la salvación.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
DIOS SOLO Y SOLO DIOS.
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