LA SANTA MISA DIARIA.


LUNES DE LA IV SEMANA DE CUARESMA.
Estación en los Cuatro Santos Coronados

Idea dominante de la Misa de esta Feria: La protección de Dios, fruto de la piedad.

TEXTOS DE LA SANTA MISA.

INTROITO:
Salmo 53. 3-4.

V/. Sálvame, oh Dios, por tu nombre, y con tu poder líbrame; escucha, oh Dios, mi oración: presta oídos a las palabras de mi boca.
R/. Porque gentes extrañas han alzado bandera contra mí.
V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo…

COLECTA:

Oremos.
Te suplicamos, oh Dios Todopoderoso, que guardando cada año devotamente las obligaciones cuaresmales, consigamos agradarte con cuerpo y alma. 
Por Nuestro Señor Jesucristo Tú Hijo que vive y reina contigo en la Unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Conmemoracion de todos los Santos.

Oremos.
Defiéndenos de todos los peligros del alma y del cuerpo, oh Señor, te suplicamos, y por la intercesión de la Bendita y Gloriosa Siempre Virgen María, Madre de Dios, del Bienaventurado San José, de tus Bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo, y de todos los Santos, concédenos benignamente seguridad y paz para que, vencidas todas las adversidades y errores, tu Iglesia te sirva con seguridad y libertad. Amén.

Por los vivos y difuntos.

Oremos.
Dios Todopoderoso y Eterno, que tienes dominio sobre los vivos y los muertos, y tienes Misericordia de todos los que de antemano sabes que serán tuyos por la Fe y las buenas obras; Te suplicamos humildemente que todos por quienes hemos decidido suplicar, ya sea que este mundo los contenga en la carne o que el mundo venidero los contenga fuera del cuerpo, puedan, por la intercesión de tus Santos, obtener de tu Bondad y Clemencia el perdón de todos sus pecados.
Por Jesucristo, tu Hijo, Nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

EPISTOLA:
1 Reyes 3,16-28.

LECCION DEL LIBRO DE LOS REYES.

"En aquella sazón acudieron al Rey dos mujeres públicas, y presentándose a su tribunal, dijo una de ellas: 
Dígnate escucharme, ¡oh Señor mío! Yo y esta mujer vivíamos en una misma casa, y yo parí en el mismo aposento en que ella estaba.  
Tres días después de mi parto, parió también ella; nos hallábamos las dos juntas, y no había en la casa nadie sino nosotras dos.  
Mas el hijo de esta mujer murió una noche; porque estando ella durmiendo lo sofocó.  
Y levantándose en silencio a una hora intempestiva de la noche, cogió a mi niño del lado de esta sierva tuya, que estaba dormida, y se lo puso en su seno, y a su hijo muerto lo puso en el mío.  
Cuando me incorporé por la mañana para dar de mamar a mi hijo, lo hallé muerto; pero mirándole con mayor atención así que fue día claro, reconocí no ser el mío que yo había parido.  
A esto respondió la otra mujer: 
Es falso, tu hijo es el que murió, y el que vive es el mío. 
La otra por el contrario decía: Mientes, pues mi hijo es el vivo, y el tuyo es el muerto. 
Y de esta manera altercaban en presencia del Rey.  
Dijo entonces el Rey: 
La una dice: Mi hijo es el vivo, el muerto es el tuyo. 
La otra responde: 
No, que tu hijo es el muerto, y el vivo es el mío.  
Ahora bien, dijo el Rey, traedme una espada. 
Y así que se la hubieron traído: 
Partid, dijo, por medio al niño vivo, y dad la mitad a una, y la otra mitad a la otra.  
Mas entonces la mujer que era madre del hijo vivo, clamó al Rey (porque se le conmovieron sus entrañas por amor a su hijo): 
Dale, te ruego, oh Señor, a ella vivo el niño, y no lo mates. 
Al contrario decía la otra: 
Ni sea mío ni tuyo, sino divídase. Entonces el Rey pronunció esta sentencia: 
Dad a la primera el niño vivo, y ya no hay que matarlo, pues ella es su madre. 
Se divulgó por todo Israel la sentencia dada por el Rey, y se llenaron todos de un respetuoso temor hacia él, viendo que le asistía la Sabiduría de Dios para administrar justicia"
(Deo Gratias).

GRADUAL:
Salmo 30, 3.

V/. Se para mí un Dios tutelar y un alcázar de refugio para ponerme a salvo.
R/. Dios mío, en ti esperé; Señor, no seré confundido eternamente.

TRACTO:
Salmo 102,10.

V/. Señor, no nos trates según merecen nuestros pecados, ni según nuestras culpas nos castigues.
V/. Señor, no te acuerdes de nuestras antiguas maldades: anticípense a favor nuestro cuanto antes tus misericordias; pues nos hallamos reducidos a extrema miseria. 
(Aquí se arrodilla).
V/. Ayudamos, oh Dios Salvador Nuestro: y por la Gloria de tu Nombre, líbranos, Señor, y perdona nuestros pecados, por amor a tu nombre.

EVANGELIO:
Juan 2,13-25.

CONTINÚACION DEL SANTO+ EVANGELIO SEGUN SAN JUAN.

Gloria Tibi Domine.

"Estaba ya cerca la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. 
Y encontrando en el Templo gentes que vendían bueyes, y ovejas, y palomas, y cambistas sentados en sus mesas, habiendo formado de cuerdas como un azote, los echó a todos del templo, con las ovejas y bueyes, y derramó por el suelo el dinero de los cambistas, derribando las mesas.  
Y hasta a los que vendían palomas, les dijo: 
Quitad eso de aquí, y no queráis hacer de la Casa de mi Padre una casa de tráfico.  
Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: 
El celo de tu casa me tiene consumido.  
Pero los judíos se dirigieron a Él, y le preguntaron: 
¿Qué señal nos das de tu Autoridad para hacer estas cosas?  
Les respondió Jesús: 
Destruid este Templo, y yo en tres días lo reedificaré.  
Los judíos le dijeron: 
Cuarenta y seis años se han gastado en la reedificación de este Templo, y tú lo has de levantar en tres días? Mas él les hablaba del Templo de su Cuerpo.  
Así, cuando hubo resucitado de entre los muertos, sus Discípulos hicieron memoria de que lo dijo por esto, y creyeron, con más viva Fe, a la Escritura y a las Palabras de Jesús. En el tiempo, pues, que estuvo en Jerusalén con motivo de la fiesta de la Pascua, creyeron muchos en su Nombre, viendo los milagros que hacía.  
Verdad es que Jesús no se fiaba de ello, porque los conocía bien a todos, y no necesitaba que nadie le diera testimonio acerca de hombre alguno, porque sabía él mismo lo que hay dentro de cada hombre".
(Laus Tibi Christe).

OFERTORIO:
Salma 99, 1-2.

Moradores todos de la tierra, cantad con júbilo las alabanzas de Dios: servid al Señor con alegría: venid llenos de alborozo a presentaos ante él, porque este Señor es Dios.

SECRETA:

Oremos.
Haz, Señor, que este Sacrificio que te ofrecemos nos vivifique siempre y nos defienda. 
Por Nuestro Señor Jesucristo Tú Hijo que vive y reina contigo en la Unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Conmemoracion de Todos los Santos.

Oremos.
Escúchanos, oh Dios, nuestra Salvación, para que por el poder de este Sacramento nos defiendas de todos los enemigos del alma y del cuerpo y nos concedas gracia aquí y gloria en la otra vida. Amén.

Por los vivos y difuntos.

Oremos.
Oh Dios, que solo Tu conoces el número de los elegidos para ser admitidos en el Cielo, concédenos, te suplicamos, que por la intercesión de todos los Santos, los nombres de todos los que han sido recomendados a nuestras oraciones y de todos los fieles, sean inscritos en el libro de la Bendita predestinación.
Por Jesucristo, tu Hijo, Nuestro Señor, que contigo vive y reina en la Unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

PREFACIO DE CUARESMA.

V/. El Señor sea con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacía el Señor.
V/. Demos gracias al Señor Nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.

En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, Santo Padre, Omnipotente y Eterno Dios, que, por el ayuno corporal, domas nuestras pasiones, ele­vas la mente, nos das la virtud y el premio, por Jesucristo Nuestro Señor, por quien alaban los Ángeles a tu Ma­jestad, la adoran las Domina­ciones, la temen las Potes­tades y la celebran con igual júbilo los Cielos, las Virtudes Celestiales y los Bienaventurados Serafines. 
Te rogamos que con sus voces admitas también las de los que te decimos, con humilde confesión.

Santo, Santo, Santo (etc).

COMUNION:
Salmo 18, 13,14.

Purifícame de mis pecados ocultos, Señor; y perdona a tu siervo los ajenos.

POSCOMUNION:

Oremos.
Habiendo recibido, Señor, los Sacramentos de la Salvación, te suplicamos que nos sirvan de aumento de mérito para nuestra Redención Eterna. 
Por Nuestro Señor Jesucristo Tú Hijo que vive y reina contigo en la Unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Conmemoracion de Todos los Santos.

Oremos.
Que la ofrenda de este Divino Sacramento nos limpie y nos proteja, oh Señor te suplicamos, y por la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios, del Bienaventurado San José, de tus Bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo, y de todos los Santos, que nos purifique de todo pecado y nos libre de toda adversidad. Amén.

Por los vivos y difuntos.

Oremos.
Que los Sacramentos que hemos recibido nos purifiquen, te suplicamos, oh Señor Todopoderoso y Misericordioso; y por la intercesión de todos los Santos, concede que este tu Sacramento no sea para nosotros una condenación, sino una intercesión saludable para el perdón; que sea la purificación del pecado, la fortaleza de los débiles, una protección contra todos los peligros del mundo y la remisión de todos los pecados de los fieles, ya sean vivos o Difuntos.
Por Jesucristo, tu Hijo, Nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la Unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

ORACION SOBRE EL PUEBLO:

V/. Oremos. 
R/. Humillad ante Dios vuestras cabezas.

Te rogamos, Señor, que oigas Benigno nuestra oración y concedas el auxilio de tu defensa a aquellos a quienes inspiras el deseo de orar. 
Por Nuestro Señor Jesucristo Tú Hijo que vive y reina contigo en la Unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

ÚLTIMO EVANGELIO.
Juan 1:1-14.

Comienzo + del Santo Evangelio según San Juan

Gloria Tibi Domine. 

"En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 
Lo mismo era en el principio con Dios. 
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho: en él estaba la Vida, y la Vida era la Luz de los hombres. y la Luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron. 
Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. 
Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la Luz, a fin de que todos creyesen por él. 
Él no era la Luz, sino que debía dar Testimonio acerca de la Luz. 
Aquella era la Luz Verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. 
Él estaba en el mundo, y el mundo por él fue hecho, y el mundo no le conoció. 
A los suyos vino, y los suyos no le recibieron. 
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio potestad de ser hechos Hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino por la Voluntad de Dios.
(Aquí todos se arrodillan). 
Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros.
y vimos su Gloria, Gloria como del Unigénito del Padre, lleno de Gracias y de verdad.

V/. Deo Gratias.

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