LA SANTA MISA DIARIA.
MARTES DE LA IV SEMANA DE CUARESMA.
Estación en San Lorenzo in Dámaso
Idea dominante de la Misa de esta Feria: Imploración confiada de los auxilios de Dios
TEXTOS DE LA SANTA MISA.
INTROITO:
Salmo 54 2-3.
V/. Oye benigno, oh Dios, mi oración y no desprecies mí humilde suplica: atiende a mi ruego y escúchame.
R/. (S) Me he entristecido en mis trabajos y la turbación se ha apoderado de mí, a la voz del enemigo y delante de la opresión del pecado.
V/. Gloria al Padre…
COLECTA:
Oremos.
Te suplicamos, Señor, que los ayunos de este santo tiempo nos sirvan para aumentar nuestra piedad y para alcanzar el auxilio continuo de tu misericordia.
Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo que vive y reina contigo en la Unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Conmemoracion de todos los Santos.
Oremos.
Defiéndenos de todos los peligros del alma y del cuerpo, oh Señor, te suplicamos, y por la intercesión de la Bendita y Gloriosa Siempre Virgen María, Madre de Dios, del Bienaventurado San José, de tus Bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo, y de todos los Santos, concédenos benignamente seguridad y paz para que, vencidas todas las adversidades y errores, tu Iglesia te sirva con seguridad y libertad. Amén.
Por los vivos y difuntos.
Oremos.
Dios Todopoderoso y Eterno, que tienes dominio sobre los vivos y los muertos, y tienes Misericordia de todos los que de antemano sabes que serán tuyos por la Fe y las buenas obras; Te suplicamos humildemente que todos por quienes hemos decidido suplicar, ya sea que este mundo los contenga en la carne o que el mundo venidero los contenga fuera del cuerpo, puedan, por la intercesión de tus Santos, obtener de tu Bondad y Clemencia el perdón de todos sus pecados.
Por Jesucristo, tu Hijo, Nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
EPISTOLA:
Éxodo 32,7-14.
LECCION DEL LIBRO DEL ÉXODO.
"Y el Señor habló a Moisés, diciendo: Anda, baja; pecado ha tu pueblo, que sacaste de la tierra de Egipto. Pronto se han desviado del camino que les enseñaste; se han formado un becerro de fundición y adorándole; y sacrificándole víctimas, han dicho: Estos son tus dioses, ¡oh Israel!, que te han sacado de la tierra de Egipto. Y añadió el Señor a Moisés: Veo que ese pueblo es de dura cerviz. Déjame desahogar mi indignación contra ellos, y acabarlos; que yo te haré a ti caudillo de una nación grande. Moisés rogaba al Señor Dios suyo, diciendo: ¿Por qué, oh Señor, se enardece así tu furor contra el pueblo tuyo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con fortaleza grande y mano poderosa? ¡Ah! que no digan, te ruego, jamás los egipcios: Los saco maliciosamente fuera de Egipto para matarlos en los montes y exterminarlos de la tierra. Apláquese tu ira, y perdona la maldad de tu pueblo.
Acuérdate de Abrahám, de Isaac y de Israel, tus siervos, a los cuales por Ti mismo juraste, diciendo:
Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y toda esta tierra de que os tengo hablado, se la daré a vuestra posteridad, y la poseeréis para siempre.
Con esto se aplacó el Señor, y dejó de ejecutar contra su pueblo el castigo que había dicho".
(Deo Gratias).
GRADUAL:
Salmo 43, 26 y 2.
V/. Levántate, oh Señor, socórrenos; y redímenos por amor de tu Nombre.
R/. Nosotros, oh dios, hemos oído por nuestros propios oídos, nuestros padres nos han contado las obras que tu hiciste en sus días y en los tiempos antiguos.
EVANGELIO:
Juan 7,14-31.
CONTINÚACION DEL SANTO EVANGELIO SEGUN SAN JUAN.
Gloria Tibi Domine.
"Como quiera, hacia la mitad de la fiesta, subió Jesús al Templo, y se puso a enseñar.
Y se maravillaban los judíos, y decían: ¿Cómo sabe éste las Letras Sagradas sin haber estudiado?
Les respondió Jesús:
Mi palabra no es mía sino de aquel que me ha enviado.
Quien quisiere hacer la voluntad de éste, conocerá si mi Palabra es de Dios, o si yo hablo de mí mismo. Quien habla de su propio movimiento, busca su propia gloria; mas el que únicamente busca la gloria del que le envió, ése es veraz, y no hay en él injusticia o fraude.
¿Por ventura, no os dio Moisés la Ley, y con todo eso ninguno de vosotros observa la Ley? ¿Pues, por qué intentáis matarme?
Respondió la gente:
Estás endemoniado:
¿Quién es el que trata de matarte? Jesús prosiguió, diciéndoles:
Yo hice una sola obra milagrosa en día de Sabado, y todos os habéis extrañado.
Mientras que, habiéndoos dado Moisés la Ley de la circuncisión (no que traiga de él su origen, sino de los pyatriarcas), no dejáis de circuncidar al hombre aun en día de Sabado. Pues si un hombre es circuncidado en Sabado, para no quebrantar la Ley de Moisés, ¿os habéis de indignar contra mí, porque he curado a un hombre en todo su cuerpo en día de Sabado?
No queráis juzgar por las apariencias, sino juzgad por un juicio recto. Comenzaron entonces a decir algunos de Jerusalén:
¿No es éste a quien buscan para darle la muerte?
Y con todo vedle que habla públicamente, y no le dicen nada.
¿Si será que nuestros Príncipes de los Sacerdotes y los Senadores han conocido de cierto ser éste el Cristo? Pero de éste sabemos de dónde es; mas cuando venga el Cristo nadie sabrá su origen.
Entretanto, prosiguiendo Jesús en instruirlos, decía en alta voz en el Templo:
Vosotros pensáis que me conocéis, y sabéis de dónde soy; pero yo no he venido de mí mismo, sino que quien me ha enviado es veraz, al cual vosotros no conocéis.
Yo sí que le conozco, porque de él tengo el ser; y él es el que me ha enviado.
Al oír esto buscaban cómo prenderle; mas nadie puso en él las manos, porque aún no era llegada su hora. Entretanto muchos del pueblo creyeron en él, y decían:
Cuando venga el Cristo, ¿hará por ventura más milagros que los que hace éste?"
(Laus Tibi Christe)
OFERTORIO:
Salmo 39, 2, 3 y 4.
Con ansia suma estuve aguardando al Señor, y se ha inclinado hacia mí y oyó mis plegarias; y he puesto en mi boca un cantico nuevo, un himno a nuestro Dios.
SECRETA:
Oremos.
Te rogamos, Señor, que esta Hostia borre todos nuestros delitos y santifique los cuerpos y las almas de estos tus siervos, para celebrar dignamente el Sacrificio.
Por Nuestro Señor Jesucristo Tú Hijo que vive y reina contigo en la Unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Conmemoracion de Todos los Santos.
Oremos.
Escúchanos, oh Dios, nuestra Salvación, para que por el poder de este Sacramento nos defiendas de todos los enemigos del alma y del cuerpo y nos concedas gracia aquí y gloria en la otra vida. Amén.
Por los vivos y difuntos.
Oremos.
Oh Dios, que solo Tu conoces el número de los elegidos para ser admitidos en el Cielo, concédenos, te suplicamos, que por la intercesión de todos los Santos, los nombres de todos los que han sido recomendados a nuestras oraciones y de todos los fieles, sean inscritos en el libro de la Bendita predestinación.
Por Jesucristo, tu Hijo, Nuestro Señor, que contigo vive y reina en la Unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
PREFACIO DE CUARESMA.
V/. El Señor sea con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacía el Señor.
V/. Demos gracias al Señor Nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y lugar, Señor, Santo Padre, Omnipotente y Eterno Dios, que, por el ayuno corporal, domas nuestras pasiones, elevas la mente, nos das la virtud y el premio, por Jesucristo Nuestro Señor, por quien alaban los Ángeles a tu Majestad, la adoran las Dominaciones, la temen las Potestades y la celebran con igual júbilo los Cielos, las Virtudes Celestiales y los Bienaventurados Serafines.
Te rogamos que con sus voces admitas también las de los que te decimos, con humilde confesión.
Santo, Santo, Santo (etc).
COMUNION:
Salmo 19, 6.
Nosotros nos alegraremos por tu salud, y nos gloriaremos en el Nombre de nuestro Dios.
POSCOMUNION:
Oremos.
Haz, Señor, que la recepción de este Sacramento nos purifique de todo crimen y nos conduzca al Reino Celestial.
Por Nuestro Señor Jesucristo Tú Hijo que vive y reina contigo en la Unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Conmemoracion de Todos los Santos.
Oremos.
Que la ofrenda de este Divino Sacramento nos limpie y nos proteja, oh Señor te suplicamos, y por la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios, del Bienaventurado San José, de tus Bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo, y de todos los Santos, que nos purifique de todo pecado y nos libre de toda adversidad. Amén.
Por los vivos y difuntos.
Oremos.
Que los Sacramentos que hemos recibido nos purifiquen, te suplicamos, oh Señor Todopoderoso y Misericordioso; y por la intercesión de todos los Santos, concede que este tu Sacramento no sea para nosotros una condenación, sino una intercesión saludable para el perdón; que sea la purificación del pecado, la fortaleza de los débiles, una protección contra todos los peligros del mundo y la remisión de todos los pecados de los fieles, ya sean vivos o Difuntos.
Por Jesucristo, tu Hijo, Nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la Unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
SOBRE EL PUEBLO
V/. Oremos.
R/. Humillad ante Dios vuestras cabezas.
Apiádate, Señor de tu pueblo; y concédele propicio se vea libre de las continuas tribulaciones que experimenta.
Por Nuestro Señor Jesucristo Tú Hijo que vive y reina contigo en la Unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
ÚLTIMO EVANGELIO.
Juan 1:1-14.
Comienzo + del Santo Evangelio según San Juan
Gloria Tibi Domine.
"En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Lo mismo era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho: en él estaba la Vida, y la Vida era la Luz de los hombres. y la Luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron.
Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.
Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la Luz, a fin de que todos creyesen por él.
Él no era la Luz, sino que debía dar Testimonio acerca de la Luz.
Aquella era la Luz Verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo.
Él estaba en el mundo, y el mundo por él fue hecho, y el mundo no le conoció.
A los suyos vino, y los suyos no le recibieron.
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio potestad de ser hechos Hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino por la Voluntad de Dios.
(Aquí todos se arrodillan).
Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros.
y vimos su Gloria, Gloria como del Unigénito del Padre, lleno de Gracias y de verdad.
V/. Deo Gratias.
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